Su comportamiento puede tener variaciones dependiendo de si están en un parque, en una fiesta, en la calle, en sus comunidades o en la escuela. Ser estudiante y ser joven supone una condición de vida particular en la que, por lo general, tanto en la escuela como sus actividades ocupan una parte importante del tiempo de vida de los y las muchachas.
Marco de interpretación:
Al trabajar con estudiantes de secundaria un gran dilema que surge es la manera en la que pueden ser llamados, ya sea jóvenes o adolescentes. Psicólogos del desarrollo no terminan de discutir las delimitaciones sobre las etapas de vida para señalar cuándo los individuos son púberes, adolescentes, adolescentes tempranos y tardíos, jóvenes tempranos, adultos jóvenes, etc... Psicológica, social y culturalmente hablando se ubicarán dependiendo las realizaciones, los logros y las habilidades que el individuo consiga.
Los adultos y los mismos estudiantes en las escuelas secundarias suelen utilizar términos como: adolescente, jóvenes, muchachos, chavos, chicas, chamacos, para referirse a todo aquel que no es un niño, pero tampoco es un adulto. El como se les llame a los jóvenes no es una discusión banal, porque dependiendo de ésto tendremos en mente determinadas representaciones.
La autora se refiere a los estudiantes de la escuela secundaria como "jóvenes", porque considera que es un término con menos implicaciones sobre la clasificación y evaluación de los individuos que la palabra "adolescencia".
Los estudiantes de secundaria como individuos que participan en la escuela empleando recursos para mediar sus acciones y así lograr satisfacer determinadas necesidades, de modo que su actuar no es independiente de los constreñimientos que la escuela organiza, pero tampoco se encuentran determinados de manera absoluta.
"Llevarse y Aguantarse"
La efervescencia y animosidad en las aulas:
En esa escuela estaba prohibido a los estudiantes salir de las aulas cuando no tenían maestro, a pesar de esto, al estar solos los alumnos pedían que se les dejara salir, a practicar un deporte o simplemente salir a platicar en las canchas.
Nos comenta que en ocasiones se les permitía pero no siempre era posible porque también había otros grupos que no tenían maestro y resultaba imposible tener a todos afuera de las aulas.
Cuando los alumnos se encontraban solos en el aula se sentaban a platicar, reír, leer revistas, etc... Sin embargo, una práctica común tanto de mujeres como hombres consistía en corretearse, jalonearse, reír a carcajadas, picarse las costilla o abrazarse. A esto ellos lo denominaban jugar, y expresaban con ello una gran animosidad y efervescencia física.
Respecto de este tipo de juegos, las y los muchachos usaban la regla social de "llevarse y aguantarse", como elemento mediador de sus acciones y como lo que les permitía regular hasta donde moverse. Para los y las estudiantes de secundaria "llevarse y aguantarse" también era muy importante que les permitía divertirse, probar amistades, ejercitar habilidades, pero en ocasiones necesitaban la ayuda de los adultos para dirimir los conflictos.
Hay que notar que esta regla es de amplio alcance social, no nace en el contexto de la escuela sino que, es una herramienta importante de socialización que los adultos emplean para promover que sus hijos aprendan a contener ciertos limites de interacción en sus comunidades de iguales.
"A mí dame un punto"
Uso de herramientas escolares para divertirse o tener poder:
En el contexto del aula, los estudiantes cotidianamente se encuentran con un conjunto de recursos materiales y simbólicos que emplean los docentes para organizar la enseñanza.
Dentro de éstos recursos, se encuentran: la lista de puntos, las comisiones y los recados escritos.
Para el control de la conducta el profesor empleaba los dos primeros que además de esto también le era útil para la cuestión evaluativa. Los recados escritos eran una herramienta que los alumnos se apropiaron para el ejercicio de sus habilidades de comunicación escrita, dichos recursos los utilizaban para divertirse, ejercer relaciones de poder entre ellos y de exclusión e inclusión en la relaciones de grupo, de este modo nos podemos dar cuenta que las finalidades iniciales de dichos recursos fueron modificados por los alumnos de acuerdo a sus intereses y necesidades sociales.
Tomar en cuenta las relaciones de poder que los estudiantes ejercen en su propio mundo de interacciones es algo importante porque se encuentran practicando habilidades de liderazgo y de inclusión/exclusión entre ellos.
"No fachosos pero bien peinados"
Ubicación de los estudiantes como jóvenes ante la regulación institucional:
Al participar en contextos de práctica como el hogar, la comunidad, centros deportivos o al leer revistas, escuchar la radio o ver televisión, encuentran formas de expresión de la juventud que van seleccionando y apropiando integrándolas a su condición como estudiantes en la escuela. Pero la escuela pone límites de actuación y apariencia mediante los que moderan las expresiones de juventud. En cuanto a la apariencia por ejemplo, en esa escuela exigían a los alumnos ciertas normas en cuanto al uso del uniforme, y también en lo relativo al arreglo personal. Sin embargo, estas exigencias de la escuela no estaban dentro del foco vivencial de los jóvenes.
Aunque les prohibían portar ropa distinta al uniforme, lo aderezaban con adornos o lo usaban para expresar su necesidad de estar a la moda, portaban pulseras, usaban pantalones a media cadera, usaban aparatos reproductores de música, entre otras cosas que los hicieran sentirse aceptados.
El dilema para los alumnos consistía en que aceptaban la validez de los argumentos en torno al reglamento escolar, por ejemplo, en aquello de no asistir fachosos pero, al mismo tiempo, buscaban integrar y negociar su perspectiva en cuestiones de moda.
Por otro lado, los alumnos adaptan las normas de la escuela pensando en su conveniencia. Por ejemplo, la autora nos menciona que en ocasiones cumplen con algunas exigencias no por el hecho de cumplir cabalmente con el reglamento, sino por el beneficio que pueden obtener al cumplir con lo que indica el reglamento, ya sea salir más temprano al recreo, o bien ser de la primera fila que recibe el permiso para irse a casa por ser los mejor portados.